Fincas de olivos en venta en España

La mayor conciencia de los consumidores sobre el origen de los productos, con una tendencia hacia la calidad y la sostenibilidad en la alimentación, ha elevado el estatus del aceite de oliva y de la aceituna de mesa y, en consecuencia, su valor.

El aceite de oliva ha formado parte de los hábitos alimentarios de las personas desde hace siglos, y sigue ganando protagonismo año tras año. La creciente popularidad de la dieta mediterránea, en la que el aceite de oliva es uno de sus pilares principales, sus beneficios para la salud y sus propiedades nutricionales han potenciado su consumo, superando a la mantequilla y al aceite de girasol. De hecho, en los últimos años, su cultivo se ha extendido a zonas no convencionales, como Asia, Latinoamérica y Oceanía.

La aceituna de mesa también se ha convertido en un producto preciado en la gastronomía. Los cambios en los hábitos de alimentación de las personas han impulsado la búsqueda de alternativas saludables y versátiles. La capacidad de la aceituna de mesa para utilizarse en diferentes recetas, sus cualidades nutricionales y su sabor lo convierten en un alimento cada vez más demandado.

Esta mayor demanda ha aumentado el interés por la venta de fincas de olivos. Como resultado, la oferta de fincas de olivos ha crecido, lo que ha potenciado la salida al mercado de más oportunidades de compraventa de fincas con olivos.

Al año, se generan entre unos 2,8 y 3,2 millones de toneladas de aceite de oliva a nivel mundial. España es el principal país productor, contribuyendo con el 45% de la producción total, seguido de Italia, Grecia, Túnez y Turquía.

En cuanto a la aceituna de mesa, se obtienen en torno a 1 millón de toneladas en el mundo. España también lidera la producción de aceituna de mesa, con el 17% de la producción global. Le siguen Egipto, Turquía, Argelia y Grecia.

Según el Ministerio de Agricultura, el precio medio de las fincas de olivos en venta en España se situó en 22.844 euros por hectárea en 2022 (última información disponible hasta noviembre de 2024).

Pero existieron variaciones entre las fincas de olivos en regadío, con un precio medio de 38.027 euros por hectárea, y en secano, con un valor promedio de 18.905 euros por hectárea.

El olivo es un árbol con una amplia vida útil debido a su resistencia a las condiciones climatológicas extremas, como la sequía o el estrés hídrico. En consecuencia, vive de media 50 años, y llega a durar más de 100 años en algunos casos.

Sin embargo, su vida media varía en función del sistema de cultivo, ya que la distancia entre los árboles influye en su longevidad. Los olivares intensivos pueden llegar a durar más de 40 años, alcanzando su momento pleno de producción en el séptimo año. En el caso de los superintensivos, la edad media se sitúa entre los 15 y 20 años, pero también empiezan a ser productivos antes, a los 5 años desde que fueron plantados.

Los marcos de plantación en una finca de olivos dependen del sistema de cultivo empleado: tradicional, intensivo y superintensivo.

En el caso del sistema tradicional, se trata de marcos amplios, de 8x8, 10x10 y 12x12 metros. Esto resulta en una densidad de plantación de 80 a 120 árboles por hectárea.

En el intensivo, los marcos de plantación son más estrechos, generalmente, de 7x7, 8x4 y 7x5 metros, lo que se traduce en una densidad de 200 a 600 árboles por hectárea.

El superintensivo o en seto se caracteriza por un marco de plantación muy estrecho, de 3,25x1,20, 3,5x1,35 o 4x1,5 metros. En consecuencia, se logra una densidad aún mayor, de entre 1.500 y 2.000 árboles por hectárea.

La elección entre una variedad u otra de olivo influirá en la calidad y en las características tanto de las aceitunas como del aceite producidos a partir de ellas.

Se estima que existen más de 1.000 variedades, de las que 139 son consideradas fundamentales, al suponer el 85% de la producción global. Así, en las fincas de olivos es posible encontrar distintos tipos de olivo, entre los que destacan los siguientes:

Picual: variedad más importante de España, cultivada mayoritariamente en las provincias de Jaén, Córdoba y Granada (Andalucía). Su principal uso es la producción de aceite de oliva, representando cerca de 1/3 de la producción global. Cuenta con un rendimiento alto del 20%. Además de en España, su cultivo se da en Nueva Zelanda, Egipto y California.

Arbequina: variedad originaria de Cataluña, que constituye el 10% de la producción de aceite de oliva en el mundo. El rendimiento de aceite que se puede obtener de las aceitunas de esta variedad es de entre el 14 y el 17%. Aparte de en España, se cultiva en otros países, como Argentina.

Hojiblanca: su cultivo destaca, sobre todo, en las provincias de Córdoba y Málaga, y se utiliza tanto para la producción de aceituna de mesa como de aceite de oliva. Esta variedad presenta un rendimiento medio, de entre un 15-18%. También se puede encontrar en otras regiones olivareras del mundo, especialmente en áreas del mediterráneo.

Gordal: variedad dirigida a la producción de aceituna de mesa que, aunque su cultivo prevalece mayoritariamente en la provincia de Sevilla, se ha extendido a otros países, como Italia, Estados Unidos y Chile.

Picholine: originaria de Gard, al sur de Francia, aunque hoy en día se cultiva en todo el mundo. Se destina tanto a la producción de aceitunas de mesa como a la elaboración de aceite de oliva, empleándose tradicionalmente para el primer caso. Su rendimiento es medio, del 17%. Esta variedad se puede encontrar también en otras zonas mediterráneas, como Italia o España.