Fincas con árboles frutales en venta en España
Si está interesado en fincas frutales en venta, más abajo puede consultar nuestro catálogo de propiedades, pudiendo filtrar por ubicación, precio y superficie.
569.367 EUR
Precio medio
104 ha
Superficie media
5475 EUR/ha
Precio medio de ha
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¿Qué hace atractiva la inversión en estas fincas en España?
La diversidad climática de España convierte al país en una potencia mundial en el sector de árboles frutales, permitiendo el cultivo de una variedad de productos en diferentes zonas geográficas.
El cultivo de cítricos, como naranjos, limoneros y mandarinos, en la Comunidad Valencia, o la siembra de almendros y pistachos en Castilla-La Mancha y Andalucía, son algunos ejemplos.
Estas condiciones posibilitan la producción de productos de calidad y demandados a nivel internacional, convirtiendo a España en primer productor de frutas de Europa y en uno de los principales exportadores del continente.
En algunos casos, como el de los cítricos, los almendros y los pistachos, el país lidera la producción incluso a nivel mundial.
Líder mundial en la producción de diferentes frutales, como cítricos, almendros.
En Cocampo hemos creado una plataforma de anuncios para facilitar la conexión entre compradores y vendedores de fincas con árboles frutales. Con nuestro portal, acceder a las mejores oportunidades de inversión en este cultivo es posible.
¿Dónde se pueden encontrar fincas frutales en venta?
Las regiones de España en las que se pueden encontrar fincas con árboles frutales corresponden con las áreas con más superficie de estos cultivos. Estas son: Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Aragón, Cataluña y Extremadura.
Andalucía: cítricos (especialmente el naranjo, mandarino y limonero), el almendro y frutas subtropicales (aguacate, mango y frambueso).
Comunidad Valenciana: cítricos (almendro, caqui, melocotoneros, albaricoqueros o cerezos).
Castilla-La Mancha: frutales de fruto seco, como el almendro, el pistacho o el nogal.
Región de Murcia: cítricos (limonero), frutales no cítricos (melocotón, albaricoque) o de fruto seco (almendro).
Cataluña: frutales, como el melocotón, frutos secos, como la almendra y avellana, y frutales cítricos, como la mandarina.
Canarias: plátanos (es la única región productora de este producto) y otras frutas tropicales, como los aguacates o mangos.
¿Qué tipo de árboles frutales son más comunes en estas fincas?
Los productos que más se cultivan en las fincas con árboles frutales son los cítricos (naranjo, mandarino, limonero y pomelo), los frutales de hueso (melocotonero, cerezo y ciruelo), los de fruto seco (almendro y pistachero) y los de clima subtropical.
Estos últimos han ganado popularidad en España por su demanda creciente en los mercados. Aunque algunos productos, como la chirimoya, el caqui o la papaya, se han cultivado tradicionalmente, otros como el aguacate, el mango o el frambueso han sido introducidos en los últimos años.
¿Es rentable adquirir una finca con árboles frutales?
Comprar una finca con árboles frutales es rentable por diversas razones.
Los consumidores han cambiado sus hábitos alimenticios, y optan cada vez más por dietas saludables. El mayor consumo de frutas y frutos secos ha incrementado su demanda en los mercados, tanto nacionales como internacionales. Lo anterior aumenta el potencial para generar ingresos a partir de la venta de sus frutos o de otros productos derivados, como mermeladas, zumos o frutas deshidratadas.
Adquirir una finca con árboles frutales es rentable también porque, si no se dispone del dinero suficiente, hay la posibilidad de solicitar financiación. Algunas entidades bancarias ofrecen líneas de crédito específicas para estos cultivos.
Sin embargo, cabe destacar que la rentabilidad dependerá también del árbol frutal que se cultive en la finca, y otros factores.
¿Por qué invertir en una finca de árboles frutales?
Los árboles frutales pueden dar frutos durante varias décadas, y algunos, como los pistacheros, pueden estar en producción más de 50 años. Los árboles frutales, por lo tanto, ofrecen rentabilidad durante un largo periodo de tiempo, y puede convertirse en una inversión para varias generaciones.
Luego, los árboles frutales requieren de un bajo mantenimiento si se compara con otros cultivos. Es posible utilizar maquinaria para tareas como la siembra, la poda o la recolección, lo que reduce también los costes.
Por último, las fincas con árboles frutales suelen revalorizarse.