Directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), sus investigaciones sobre los telómeros y la telomerasa para luchar contra el cáncer la hicieron ganadora del premio Körber en 2008 con el galardón Ciencia Europea. Este solo es uno de los muchos premios, tanto nacionales como internacionales, que María Blasco, bióloga molecular española que se sitúa a la vanguardia de la investigación científica internacional, ha recibido. Realizó su tésis doctoral en el laboratorio de la célebre Margarita Salas y nada más terminarlo se mudó a Nueva York, donde trabajó como investigadora. Pero en cuanto vio la oportunidad de volver a España, lo hizo.
Verdegás: la cuna de María Blasco
Todas estas ansias de investigar y conocer no nacen de la nada. Verdegás, una pedanía alicantina de menos de 300 habitantes, es la cuna de la pasión por la investigación de María Blasco. En una entrevista para ‘Las Provincias’, relató que su niñez fue “predominantemente agrícola”. Sus padres tenían viñas, almendros y aceitunas y ella trabajaba en el campo. Algo que ahora agradece por la cercanía con la naturaleza que le brindó. Pero entre esas tierras no todo era trabajo, allí jugaba a investigar, explorar y descubrir cosas nuevas. El tranquilo pero a la vez cautivador campo fue el sitio perfecto para que Blasco desarrollara su curiosidad y se planteara todo tipo de preguntas.
La curiosidad de Blasco de pequeña era imparable, tenía preguntas para todo. Le gustaban las letras, las ciencias y las artes, incluso pensó en estudiar Periodismo. Pero un día, en el instituto de ese pequeño pueblo aprendió sobre la biología molecular y ahí tuvo claro cuál iba a ser su futuro. En su instituto y en Verdegás están muy orgullosos de ella. Tanto que una calle lleva su nombre. La doctora tampoco ha olvidado Verdegás, vuelve todos los meses porque no quiere renunciar al apego a la naturaleza y lo rural. María Blasco es un ejemplo más de que muchas veces detrás de una gran líder hay un pequeño pueblo.
