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Mujer Rural

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En esta página encontrará información relativa a la mujer rural, con especial hincapié en cómo las mujeres influyen en la agricultura. Se explorará cómo inciden en el desarrollo económico y social del campo. Además, se presentarán ejemplos de mujeres rurales famosas, que han sido reconocidas por sus logros e inspiran a otras a seguir sus pasos. 

¿Qué es ser una mujer rural?

El término mujer rural hace referencia a las mujeres que viven en las zonas rurales, desempeñando labores productivas que guardan relación con el campo.

El término mujer rural hace referencia a las mujeres que viven en las zonas rurales, desempeñando labores productivas que guardan relación con el campo.  

 

De esta forma, se considera que la mujer rural es aquella que reside en municipios con menos de 30.000 habitantes y una densidad por debajo de los 100 habitantes por kilómetro cuadrado (km²) y que realiza actividades como la agricultura, la ganadería o la artesanía, entre otras.  

¿Cuál es la importancia de la mujer rural?

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que la población mundial alcance los 10.000 millones de personas en 2050. En consecuencia, se deberán producir un 50% más de alimentos para satisfacer las demandas de la población.  

 

La mujer campesina resulta fundamental en el aseguramiento de la seguridad alimentaria, al realizar en sus explotaciones labores como la siembra de cultivos y la cría de animales. Asimismo, suele liderar proyectos en los que se adoptan prácticas agrícolas sostenibles, como la agricultura regenerativa, y de conservación del medio ambiente. Así, la mujer del campo contribuye a la producción de alimentos a través de protección de los recursos naturales. 

¿Cuántas mujeres rurales hay en España?

Según los datos datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el país hay cerca de 915.000 jefes de explotación de suelo rústico, de los que, poco más de 261.000 son mujeres, lo que supone menos de un tercio del total de los jefes. Pese a ello, este dato reflejado en el I Informe Cocampo sobre la Estructura del Suelo Rústico en España señala un crecimiento del 22% con respecto a 2009, último año en el que se actualizó la cifra. 

El número de mujeres agricultoras jefas de explotación registradas por CC.AA. se encuentra por encima de la media de España del 28,6% en Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucía, y la mayoría de ellas tienen entre 40 y 64 años. 

El papel de la mujer rural

Las mujeres en el campo son pilares esenciales para su sustento y desarrollo. El empoderamiento de estas mujeres no sólo es vital para asegurar la estabilidad alimentaria, sino también para fortalecer las estrategias y respuestas comunitarias ante los retos presentados por el cambio climático. 

¿Cuál es el papel de la mujer en la sociedad rural? 

La importancia de la mujer en el campo y en la economía rural es cada vez mayor, pero el proceso para visibilizar su papel en el mundo rural es lento e insuficiente todavía.

 

Los datos son muestra de ello. Las mujeres rurales en 2022 recibieron poco más de la tercera parte (33,91%) de las ayudas directas y de desarrollo rural de la Política Agraria Común (PAC), según el reciente informe del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) 

 

A pesar de que el documento revela también una reducción del 2% en la diferencia entre el número de hombres y mujeres preceptores de ayudas directas en los últimos diez años, la situación de la mujer rural en España en este aspecto sigue siendo de desigualdad con respecto al hombre. 

 

Independientemente de su edad, las explotaciones dirigidas por mujeres generan, de media, menos trabajo que aquellas dirigidas por hombres. 

 

En general, las mujeres rurales dirigen, en su conjunto, explotaciones de menor dimensión económica, lo que desemboca en una menor rentabilidad. Aunque en las explotaciones de mayor valor económico (más de 500.000 euros), las mujeres, junto a los jóvenes, obtienen mayor productividad que el resto. 

 

Respecto al tamaño de las explotaciones, aquellas dirigidas por mujeres, especialmente las más jóvenes, gestionan una Superficie Agraria Útil (SAU) media inferior a la SAU de las explotaciones dirigidas por hombres. 

 

Por sectores, destaca la presencia de las mujeres en olivar, mientras que sigue siendo muy baja o inexistente en frutas, hortícolas, mixtas, aves, mixtas ganaderas, ovino-caprino de ambas orientaciones, leche y porcino. 

 

A pesar del crecimiento de la presencia de mujeres en el mundo rural como titulares de explotaciones, hay otros datos que confirman la masculinización del sector. 

 

Según los últimos datos actualizados del Ministerio de Agricultura, de media, los ingresos entre hombres y mujeres son muy diferentes en los medios rurales: 36.150 euros en el caso de los hombres, y 21.500 euros en el de las mujeres. 

 

La menor presencia de las mujeres como titulares de explotaciones no sólo indica un problema de brecha de género, sino también de invisibilidad frente al aporte de la mujer en la agricultura

 

Con la intención de reducir esta desigualdad e invisibilización, se han puesto en marcha medidas como las incluidas en el Plan Estratégico de la PAC de España (PEPAC). Estas se unen a hitos como el de la Ley de la Titularidad Compartida en las Explotaciones Agrarias, mediante la que las mujeres comparten la titularidad de las explotaciones con sus parejas. Esta última de momento tiene una aplicación muy pequeña.  

 

Figuras como la titularidad compartida (opción voluntaria que tienen dos individuos de gestionar de manera conjunta una explotación agraria, compartiendo no solo el trabajo, sino también la gestión, los derechos, cuotas, subvenciones y rendimientos a partes iguales) de momento tienen una aplicación muy pequeña.  

 

Según datos del Ministerio de Agricultura, en 2019 sólo había dadas de alta 599 explotaciones en el Registro de Titularidad Compartida (RETICOM). A marzo de 2024, únicamente el 0,14% de las explotaciones agrarias del país se acogen a esta figura, con regiones como Comunidad de Madrid e Islas Baleares con cero explotaciones registradas.   

 

El acceso a la tierra es otro de los factores relativos a las mujeres y la agricultura en el que se las deja al margen. El actual mercado de la tierra está basado principalmente en intermediarios y redes masculinas, lo que dificulta la compra de tierras tanto a mujeres como a jóvenes. 

 

En este escenario, urge promover alternativas que den transparencia al mercado del suelo rústico, y Cocampo aspira a ser una de ellas.  

 

Además, deben ponerse en marcha las medidas del plan estratégico de la nueva PAC que promueven la entrada de la mujer en el medio rural. Estas medidas se analizan en los Objetivos Específicos de la nueva PAC 7 y 8. Y dar a conocer las ayudas a la mujer rural adicionales para la primera instalación. 

 

También, aprovechar fechas como el Día de la Mujer Rural, para reconocer su labor en la provisión de alimentos y servicios en áreas rurales, y abogar por comunidades rurales donde tengan igualdad de oportunidades. 

 

La celebración de este día tiene como propósito destacar la contribución de las mujeres que trabajan en el campo a nivel global, visibilizando su papel para fortalecer la economía, enriquecer el tejido social y cultural y garantizar la seguridad alimentaria mundialmente.

¿Qué actividades realiza la mujer en el campo?

Las mujeres en el campo realizan diversas actividades, entras las que destacan la agricultura, desempeñando tareas que van desde la siembra hasta la cosecha de alimentos, y la ganadería, centrándose en la cría y el manejo del ganado. Otras mujeres en el medio rural se dedican a la transformación y venta de los productos agrarios en el mercado. 

 

Aunque la participación en el empleo de las mujeres del campo ha aumentado en los últimos años, con una tasa de empleo femenina del 51,6%, en comparación con el 49% registrado en 2011, y la brecha laboral de género ha disminuido hasta situarse en los 9 puntos porcentuales, según datos del Ministerio de Agricultura, aún existen diferencias entre hombres y mujeres con respecto a la participación, el tipo de trabajo y las condiciones laborales. 

¿Qué importancia tiene el trabajo de la mujer en el campo?

El trabajo de la mujer en el mundo rural abarca una variedad de actividades que van más allá de la agricultura, y que impulsan la creación de empleos y representan una fuente de ingresos para estas zonas. Además de trabajar la tierra, las mujeres campesinas desempeñan labores en la ganadería, la artesanía y el turismo rural. Con respecto a la ganadería, contribuyen a la producción de alimentos. Dentro de la artesanía, su rol se centra en la elaboración y venta de productos hechos a mano, preservando la cultura y el patrimonio rural. En el caso del turismo, proporcionan un espacio para que, aquellos que desean escapar del estrés característico de las ciudades, desarrollen actividades enfocadas en la vida en el campo. 

Historia de la mujer rural

La historia de la mujer rural es una historia de contribución en el mantenimiento y desarrollo de los pueblos. Sin embargo, aunque el papel de la mujer en el mundo rural ha sido fundamental desde tiempos inmemorables, su participación no ha sido reconocida, a lo que se han sumado los desafíos que han tenido que enfrentar.  

 

A finales del siglo XVIII, como consecuencia de la Revolución Industrial, se perdieron trabajos manuales tradicionalmente desempeñados por las mujeres agropecuarias, como la limpieza de malas hierbas, la producción textil doméstica o la fabricación de productos de cuero, lo que produjo una mayor masculinización del sector.  

 

A partir del siglo XX, las mujeres rurales protagonizaron el éxodo rural, migrando de los pueblos a las ciudades en búsqueda de nuevas oportunidades laborales y formativas, ante la escasez de ofertas de trabajo y la dificultad para conciliar la vida familiar. Su ausencia en el campo estimuló el envejecimiento de la población, uno de los principales desafíos a los que se enfrenta hoy el campo.  

 

En la actualidad, la participación de las mujeres en el mundo rural es crucial en la revitalización y repoblación de las zonas rurales ante el reto del relevo generacional. La pandemia del coronavirus potenció la participación de mujeres en la agricultura, al posicionarse como un entorno que ofrece una mayor calidad de vida en comparación con las zonas urbanas y una oportunidad para desarrollar su actividad empresarial.  

 

Sin embargo, siguen lidiando con desafíos como la limitada disponibilidad de servicios básicos, la brecha laboral de género o la falta de acceso a financiación. Estos contribuyen al desaprovechamiento del potencial de un segmento de esta parte significativa de la población, con una menor entrada de nuevas mujeres en el medio rural.  

Mujeres rurales famosas

En los últimos años, sobre todo después de la pandemia del coronavirus, se ha observado un creciente interés por vivir en el campo, lo que ha llevado a numerosas mujeres a iniciar proyectos agrarios. Existen distintas mujeres rurales en España que han ganado reconocimiento al compartir sus historias y experiencias, así como al recibir premios por sus logros.  

 

En este sentido, destacan como mujeres rurales famosas:

Ana Corredoira

Ana Corredoira creció en la granja ecológica A Cernada, en Palas de Rei (Lugo), una explotación pionera en España. Desde 2014 esta mujer rural lidera el proyecto familiar, con el foco puesto en la elaboración de leche de vaca bajo la marca Sen máis, junto a otra explotación ecológica local, la Granja Maruxa. Su compromiso con la defensa del papel de la mujer en la agricultura y en el desarrollo rural le han hecho obtener reconocimiento. 

Clara Benito

Clara Benito es otra mujer agricultora que ha ganado notoriedad por su emprendimiento en el mundo rural. Gestiona la explotación Entrelobas (Serrada de la Fuente, Madrid), en la que maneja el mayor rebaño de cabras ecológico del mundo, a través del uso de tecnología GPS. Su trabajo es un ejemplo de cómo la innovación puede transformar la ganadería y contribuir a la mitigación del cambio climático, siendo reconocido con el premio a “Mejor agricultura de ecológico” en la edición de 2023 de los Premios Orgánicos de la Unión Europea (UE). 

Blanca Entrecanales

Blanca Entrecanales Domecq proviene de una de las familias empresariales más influyentes del país, al ser hija del fundador de Acciona. Desde hace más de una década, está al frente de ‘Dehesa El Milagro’, en Toledo, un proyecto innovador que implementa un enfoque holístico de granja en su compromiso con el medio ambiente. Por su trabajo en la explotación ha sido premiada a nivel nacional e internacional, inspirando a otras mujeres del campo que buscan seguir sus pasos.  

María Vargas

María Vargas es una figura destacada en el mundo del vino. Poco tiempo después de graduarse como ingeniería agrícola, se unió a la bodega Marqués de Murrieta, una de las más emblemáticas del país. Su talento la llevó a ser nombrada directora técnica de la bodega antes de cumplir los 30 años. En 2021, fue galardonada con el título de la mejor enóloga del mundo en los Women in Wine & Spirits Awards. 

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